A la 1h. de la madrugada, con puntualidad británica y tal y como nos había anunciado nuestro excelente servicio de meteorología en tierra, empiezan a soplar rachas de más de 25 nudos en cala Yondal. El resplandor de los relámpagos al norte de la isla asustan pero aun quedan lejos.
La cala es un hervidero de gente comprobando fondeos, largando más cadena, recogiendo biminis, poniendo defensas, etc...
La noche promete ser divertida si tu fondeo no esta buen cogido al fondo de arena que tenemos en esta cala.
Las rachas van en aumento y también su intensidad.
La noche promete ser divertida si tu fondeo no esta buen cogido al fondo de arena que tenemos en esta cala.
Las rachas van en aumento y también su intensidad.
A las 2h. de la madrugada marco ya rachas de 32 nudos.
En el DASUMO parece que esta todo controlado y Mi Capitán decide volverse a dormir aunque por precaución decide hacerlo en el sofa del salón para tener el tambucho más a mano por si hubiera alguna urgencia y tuviera que salir por patas a cubierta.
En el DASUMO parece que esta todo controlado y Mi Capitán decide volverse a dormir aunque por precaución decide hacerlo en el sofa del salón para tener el tambucho más a mano por si hubiera alguna urgencia y tuviera que salir por patas a cubierta.
Finalmente resulto ser que La Sirenita salió del camarote varias veces, asustada por una de esas rachas que rugen dentro de la cala y que te hacen salir corriendo y se encontró al capitán durmiendo a pierna suelta y emitiendo ese otro tipo de rugidos que emiten los lobos de mar cuando descansan.
A las 7 a.m. Mi Capitán saca la cabeza por el tambucho, comprueba que todo esta en su sitio, que los vecinos son los mismos que la última vez, que las referencias a tierra son las mismas y decide volverse al camarote a dormir, con la espalda contracturada por varios sitios tras la incomodidad del sofa.
Se mantienen las rachas fuertes aunque ya no son tan potentes como durante la noche.
A las 7 a.m. Mi Capitán saca la cabeza por el tambucho, comprueba que todo esta en su sitio, que los vecinos son los mismos que la última vez, que las referencias a tierra son las mismas y decide volverse al camarote a dormir, con la espalda contracturada por varios sitios tras la incomodidad del sofa.
Se mantienen las rachas fuertes aunque ya no son tan potentes como durante la noche.
Hay muchas nubes negras amenazantes aunque de momento no llueve.
A las 9 a.m. Mi Capitán saca de nuevo la cabeza por el tambucho, se da un bañito de buena mañana, comprueba el estado del ancla y prepara el desayuno para cuando se levante La Sirenita. Parece que el sol quiere imponerse aunque sigue habiendo muchas nubes.
Finalmente son las nubes las que se imponen y cae el último y definitivo diluvio universal, de esos que te limpian la cubierta y te dejan el inox reluciente. Este si que es el último dice Mi Capitán.
Finalmente son las nubes las que se imponen y cae el último y definitivo diluvio universal, de esos que te limpian la cubierta y te dejan el inox reluciente. Este si que es el último dice Mi Capitán.
A mediodía levantamos ancla y nos ponemos en marcha. Abandonamos cala Yondal donde hemos pasado las últimas 48 horas.
Dejamos por estribor cala Portroig y sus bonitas casas integradas en el paisaje de acantilados rojizos.
Luego enfilamos rumbo a Es Vedrá por enésima vez este año, y es que es la cuarta vez que atravesamos el paso en menos de un mes.
Una vez superado el estrecho ponemos proa a Cala Tarida donde llegamos a las 2 de la tarde.
Después de unos apetecibles baños, mi tripulación se monta en el dinghy y me abandonan. Se van a comer al merendero argentino que hay en la costa y luego al super a realizar algunas compras de productos frescos como la fruta.
De regreso al DASUMO descargan las compras y aprovechando que hay poquitos barcos deciden hacer prácticas de fondeo con la Sirenita al timón. Ahora fondean aquí, ahora fondean allí y luego un poco más allá.
Tras el mareo que llevo de fondeos, me dejan definitivamente en el lado más sur de la cala para protegerme de la brisa de sur que suele soplar en esta cala por la noche.
Mi capitán se ha dado un fuerte golpe en el pie realizando los fondeos, esperemos que no sea nada grave.
Tras la bonita puesta de sol y la cena en cubierta, la tripulación baja al chiringuito cubano donde estuvieron hace unos días, pero hoy no hay concierto, así que tras un refrigerio regresan pronto al barco.
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