Día caluroso en Cala Sahona. Mi Capitán decide hoy dedicar la mañana a ponerme a punto para ir preparando el viaje de regreso.
Control de niveles de aceite de motor. Rellena los 80 litros de gasoil que lleva a bordo en garrafas, que dejan el depósito a más de tres cuartos de capacidad.
A mediodía la tripulación baja a la playa, donde no cabe ni una toalla más.
A mediodía regresan a bordo donde se esta mejor que en tierra.
Llega el final del crucero y es la hora de examinar a La Princesa, que con dos años y medio ya maneja la dinghy de maravilla aunque con riesgo para los bañistas.
A media tarde ya se va mascando la tragedia... el verano se acaba y el viaje de regreso esta a punto de empezar.
Nos despide la última joya de verano.
Nos ponemos en marcha a media tarde para intentar hacer el mayor número de millas bajo la luz de la luna mientras la Princesa duerma.
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