martes, 31 de agosto de 2010

Una llampuga peleona y traicionera

Esta tarde, Mi Capitán ha decidido salir a navegar un ratito. Viento del SW, entre los 10-14 nudos y mar rizada.


Día perfecto para intentar la pesca mientras se navega tranquilamente a la francesa.


Parece que hoy estamos de suerte porque a los pocos minutos de echar la caña pica el primero. Es una llampuga de medidas importantes. Mi capitán la acerca con precaución y cuando esta a poco más de diez metros se va a por unos guantes.
Al regresar a la popa e intentar acercar a la llampuga se da cuenta de que el carrete de la caña no trabaja bien.
Parece ser que la llampuga se ha metido debajo del casco por babor y ha salido por estribor, provocando que el hilo de pescar se haya liado debajo del casco sin saber bien si es con la hélice o con la pala del timón.


Suerte que Mi Capitán pescaba navegando a vela y que el motor no estaba encendido, porque ahora mismo hay dudas a bordo, de cual es la mejor manera de proceder.
Mi Capitán decide navegar a vela hasta la playa del faro, para fondear y bajar a ver que ha pasado con el hilo sin encender el motor.


Al llegar a la playa de fondeo, está llena de medusas. Mi Capitán fondea sin problemas y tras pensárselo dos veces, no tiene más remedio que lanzarse al agua y actuar rápido porque las medusas acechan, al igual que unas feas nubes que se acercan por el SW.


Finalmente comprueba que el hilo de pescar se ha liado en la mecha de la pala del timón y consigue desliarla sin más problemas que un par de sumergidas. Rápido sale del agua sin más percances y decide dar por finalizada la jornada de pesca tras el susto inicial que le ha llevado casi toda la tarde preocupado.

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