Cuando todavía no había salido el sol, Mi Capitán levantaba el ancla y ponía rumbo al puerto de Palma. la Sirenita y La Princesa se preparaban para el desembarco.
En menos de una hora de navegación divisamos ya claramente la Catedral de Palma y a las 8 de la mañana hacemos nuestra entrada en el puerto de Palma.
La Marina del Mediterraneo, donde embarcaron las chicas hace quince días, esta ocupada, así que pedimos permiso para abarloarnos en la gasolinera del Club Nautico, autorización que nos conceden.
La Sirenita y La Princesa se despiden de Mi Capitán y ponen rumbo al aeropuerto.
Mientras, Mi capitán y un servidor hacemos tiempo en la gasolinera hasta la llegada de los tripulantes que nos acompañaran en el transporte hasta casa.
El Contramaestre Room llega a las 9 de la mañana, cuando ya nos estaban dando un último aviso para abandonar la gasolinera. Embarca rápidamente y soltamos amarras para dirigirnos a la playa de Palma a la espera de la llegada del siguiente tripulante.
A las 11 de la mañana aparece en la playa procedente de la Capital el Brother Room, un tripulante que se estrena en el mundo de la vela y que viene con muchas ganas de aprender. Lo vamos a buscar con la dinghy y se embarca.
Levantamos el ancla y nos ponemos en marcha rumbo a Punta Figuera. Navegamos a motor ante la falta de viento.
Tras pasar Punta Figuera se proponen aproximarse a la Cala de San Telmo, frente a Sa Dragonera, para fondear, comer e iniciar posteriormente la travesía hasta casa.
La Playa de San Telmo esta llena de boyas y el poco espacio que queda en la zona donde no hay boyas, esta repleta de barcos, asi que tras dar un par de vueltas buscando un hueco sin suerte, desisten del intento y ponen rumbo a Vilanova tras superar Sa Dragonera.
Bye bye Sa Dragonera, bye bye Mallorca, hasta la próxima.
Cuando habíamos navegado un par de millas desde Sa Dragonera, entra un bonito viento del SW que nos permite apagar motor e izar todo el velamen del DASUMO. Navegamos a una buenísima velocidad de crucero de 6,4 nudos durante toda la tarde y gran parte de la noche, ahorrando en combustible y cuidando el medioambiente con propulsión eólica.
Disfrutamos de la última puesta de sol del verano y nos adentramos en la noche sin éxito en la pesca. El viento se mantenía estable, con menos intensidad, pero la suficiente como para mantener una velocidad de 5 nudos de media. No hay prisa para llegar, así que navegamos a vela hasta que aguante el viento. A las 23h seguía haciendo un calor en alta mar que no era ni normal.
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