miércoles, 22 de agosto de 2012

Crucero de verano2012 Mallorca (19)

La noche transcurre sin novedad, nos cruzamos con algún mercante, algún crucero y con ningún velero.
El viento aguanto hasta las 3 de la mañana, cosa anormal en este tipo de travesías. La mañana no es fructífera en lo que a la pesca se refiere y a las 12 de la mañana hacemos nuestra entrada en el puerto de Vilanova. Veinte horas de travesía desde Sa Dragonera y final de unas inolvidables vacaciones.

Han sido unas vacaciones especiales sin duda alguna, la nueva tripulanta del DASUMO ha provocado que todas las situaciones fuesen nuevas, la rigurosidad de los horarios, la obligación de bajar a tierra cada día o a lo máximo cada dos días para que no se nos agobiara en cubierta y pudiera disfrutar de la arena que tanto le gusta y la alegría que ella proporciona a todos los que la rodeamos, en especial a La Sirenita y a Mi Capitán.
En cuanto a la meteorológico, decir que no hemos tenido ni un solo día malo, no ha llovido ningún día, el calor ha sido sofocante en muchos momentos, sobretodo los últimos días, el viento ha sido el típico del crucerista, de sur cuando navegas al sur y de norte cuando navegas al norte, las velas las hemos izado muy pocas veces y el bimini ha estado instalado día y noche desde el primer hasta el último día... todo eso que se ha ahorrado Mi Capitán de montar y desmontar.
Medusas, que son las medusas, aunque parezca extraño, no hemos visto ni una sola medusa en quince días.
Pesca, que es la pesca, no hemos pescado nada en ninguna de las dos travesías, ni en ninguna de las navegaciones entre calas.
Hemos fondeado de noche en diez lugares nuevos donde nunca lo había hecho antes el DASUMO, ampliando así, mi mapa de fondeaderos del blog y hemos repetido tres pernoctaciones donde ya había estado alguna vez y he repetido también el puerto de Alcudiamar.
Contratiempos sólo dos o tres dignos de mención, el del tapón del gasoil, el más importante, y un par de enrocadas solucionadas no con pocas dificultades, ya que a Mi Capitán, eso del submarinismo no le gusta nada, ni sabe, ni esta hecho para ello.
La Princesa se ha adaptado al barco a las mil maravillas, como si fuese su habitat natural, ha comido perfectamente como siempre lo hace, ha dormido de maravilla como siempre lo hace, ha mantenido los horarios que tenía en tierra y durante las vacaciones ha aprendido a saludar con la mano, saludando a todos los barcos que nos cruzábamos navegando y saludando a todas las dinghys y motos acuáticas que se nos acercaban cuando fondeabamos.
La Sirenita, que decir de La Sirenita, magnífica como siempre, compaginando sus laboras de madre con las de ayundante en labores de marinería de a bordo, manteniendo siempre la calma en todas las situaciones y cuidando de Mi capitán y la Princesa día y noche, un doce sobre diez.
Y Mi Capitán feliz con su nueva etapa de papa, controlando y anticipándose a las situaciones meteorológicas, este año más que nunca pendiente de los partes del canal 16, procurando siempre buenos y tranquilos fondeaderos y evitando en todo lo posible situaciones complicadas y comprometidas.
En fin, por una infinidad de motivos y por uno en especial, un crucero de vacaciones inolvidable.

Salut i Milles

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