Por la mañana amanece otro día magnífico de sol aunque el viento sigue soplando F4 del NE y las boyas estan casi todas vacias, la gente a partido pronto por la incomodidad que supone estar cogido a una boya con viento y algo de mar, ya que el borneo es inexistente y los tirones son más bruscos que si estoy fondeado con ancla.
Mi Capitán decide retrasar la salida de la Isla hasta la tarde, cuando los partes confirman que el viento amainará. Para aprovechar la mañana, Mi Capitán y La Sorenita se dirigen con la Auxiliar a la cala del NE de la Illa Colom, donde las aguas son más tranquilas y el viento apenas se percibe. Allí pasarán toda la mañana, mucho más tranquilos y relajados que en el vaiven que yo les ofrezco a bordo.
Regresan para comer y tras la comida nos ponemos en marcha para desamarrarmos de la boya y poner rumbo Sur con un mar de fondo de 2 metros provocado por las casi 20 horas que lleva soplando la tramuntana. Esta noche, Mi Capitán y La Sirenita estan invitados a una fiesta de aniversario en el Club Náutico de Mahón asi que tras confirmar un amarre en Marina Menorca, ponen rumbo directo a la espectacular ria de Mahón.
La navegada es de lo más incomoda hasta que viramos el cabo norte de la entrada a la ria de Mahón, momento en el que la tranquilidad vuelve a bordo y el mar se convierte en una inmensa y plácida piscina.
Marina Menorca se encuentra al fondo de la ria, es la última marina de todas las que hay en Mahón. Tras recorrer las casi cinco millas que hay desde la entrada del canal hasta la marina, observo que Mahón sigue siendo Mahón. Bonita y espectacular como siempre. Un sitio peculiar y simpático como pocos.
Llamamos por radio y unos atentos marineros nos dan amarre y nos ayudan en la maniobra de atraque por el módico precio de 115 eureles la noche...Marina Menorca se encuentra al fondo de la ria, es la última marina de todas las que hay en Mahón. Tras recorrer las casi cinco millas que hay desde la entrada del canal hasta la marina, observo que Mahón sigue siendo Mahón. Bonita y espectacular como siempre. Un sitio peculiar y simpático como pocos.
Tras los burocráticos tramites de amarre en Capitanía, con un calor sofocante y tras una magnífica ducha sin controlar en contador de litros de agua dulce, Mi Capitán y La Sirenita, espléndidos ellos dos, se despiden de mi y se dirigen a cenar al centro de Mahón.
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